El Tribunal Electoral de México validó este miércoles las elecciones presidenciales del pasado 1 de julio y reconoció formalmente al izquierdista Andrés Manuel López Obrador como el ganador, con un avasallador 53,2% de los votos.
"Los resultados de los 300 cómputos distritales de la elección de presidente de los Estados Unidos Mexicanos quedaron firmes", dijo María Sánchez, secretaria general de acuerdos del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, durante la sesión que celebró la Sala Superior.
"En favor del candidato Andrés Manuel López Obrador se emitieron 30.110.327 sufragios, lo que representa el 53,20% de la votación total", precisó, al asegurar que en los comicios prevalecieron los principios de "certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad".
Tras una unánime votación por parte de los magistrados, la presidenta de la sala, Janine Otálora, declaró "válida la elección" presidencial y aseguró que López Obrador "satisface los requisitos de elegibilidad, por lo que se le declara presidente electo".
El izquierdista contendió por una coalición política encabezada por su partido Morena, y asumirá la presidencia el 1 de diciembre con la promesa de un gobierno austero que combatirá la corrupción y acabará con los privilegios de la clase política para impulsar la economía.
Se espera que más tarde, el tribunal entregue personalmente a López Obrador su constancia de mayoría de votos.
Sánchez dijo que la Sala Superior del Tribunal recibió "286 medios de impugnación contra los resultados (...) en los cuales se solicitó la nulidad de la votación recibida en 138.703 casillas y el recuento respecto a la totalidad de los centros de votación".
"No obstante, en las sesiones públicas del 3 y 7 de agosto pasado, dichos medios de impugnación fueron desestimados o declarados improcedentes", precisó.
Para estos comicios, hubo una lista nominal de 89.123.355 de electores en el país, más una lista de 182.256 electores residentes en 120 países.
El 1 de julio se renovaron más de 18.000 cargos, incluyendo los escaños del Congreso bicameral, varias gobernaturas estatales y alcaldías, después de tres meses de la campaña electoral más sangrienta de la historia reciente de México, con más de 145 políticos asesinados, según la consultora Etellekt.